Wednesday, October 7, 2009

Respirar


No es la historia de una pérdida porque es una historia de amor. Sobre el peso de otro cuerpo en la sombra cuando una habitación se hace FINALMENTE respirable. Allí, aunque es pequeña, todo existe. Allí, la pared espejea el cuerpo. La cama tiene el cuerpo y todo el universo del cuarto lo repite. Nunca a su lado dormía sabiendo el valor del sueño. Pensaba en dormir pero creía “esta vida es breve”, quiero decir, la vida en la habitación que es respirable la noche entera. Una puerta que existe, un cobertor que se cubre de insospechada importancia. Todo es respirable, también el aire. El gesto que viene, saber que lo sabía venir, su boca también respirada y la ventana que mira a ventanas afuera. El cuarto son sus cosas, las cosas que lo tocaron, la sensación de él. Fuera de su cuarto puedo dormir, pero sólo respiro ecos de corredor, barracas del aire de esa casa.